Muchas veces, cuando llega la vejez de nuestras mascotas o cuando tienen una enfermedad terminal, me preguntáis sobre «¿que pasará cuando la enfermedad lo haga sufrir?, ¿como será ese momento en que me tenga que despedir de mi gran amigo?, ¿ él se enterá de algo?».
Esta semana he tenido que despedir a tres pacientes que los llevo viendo desde toda su vida. Todos han tenido vidas plenas, llenas de amor, y cuidados. Dueños maravillosos a los que les han llenado sus vidas, y ahora, en su ausencia, les han dejado un gran vacio.
Todos ellos, estos últimos años, han tenido que pelear contra enfermedades graves y largas. Han tenido que venir a muchas revisiones y tratamientos. He acompañado a sus dueños en sus días de alegría cuando todo iba bien, y en sus días de preocupación cuando algo se complicaba.
Pero yo sabia que este día iba a llegar,el día que la medicina ya nada podría hacer por sus mascotas, el día que mis pacientes no serían solo las queridas mascotas, sino que serian sus dueños, el día que tendría que acompañarlos para decir adiós a sus queridos amigos.
El día que decides que tu amigo ya no puede mas, que su enfermedad le ha llevado al final, debes ser muy fuerte, más fuerte que nunca. Debes decidir que no sufra, ser valiente y acompañarlo en su muerte asistida, porque le quieres más que nada, y porque no quieres verle sufrir.
El camino difícil ya esta hecho, ese último paseo con ellos hasta llegar a la clínica. Ahora, le ayudaremos a descansar, a que muera sin sufrir, y será suave para él y para tí. Podrás abrazarlo sedado, tranquilo, podréis deciros adiós, y que él sienta tu presencia hasta que se vaya de este mundo. Le ayudaremos a que sea un proceso tranquilo, sin dolor. Os acompañaremos a él y a tí en tu pena. Y podrás despedirte sabiendo que él no se enterará de nada.
Para mi nunca es fácil, pero Teo, Urko y Dan, irán siempre en el corazón de sus dueños y en el mio. Les he visto crecer, les he acompañado en su vida, les he visto llenar la vida de sus dueños, y ahora, sé que sus dueños sienten su vida vacía, porque ellos ya no están.
Y esos corazones nunca olvidaran esta pena, pero se hará más suave con el tiempo, más como un recuerdo y no como el gran dolor que es ahora.
Una vez leí una historia, quizá te guste, o quizá no, pero yo a veces la cuento, y a veces ayuda…
Decía algo así…… «Los perros viven menos que nosotros porque ellos son de un amor tan puro, que no piensan solo en ellos; ellos saben que hay muchos más perros esperando en perreras, en la calle, en albergues, que familias capaces de amar; por eso, si vivieran tanto como nosotros, solo uno de ellos disfrutaría de cuanto amor somos capaces de dar, y los perros son tan nobles, que no quieren ese amor para ellos solos, quieren que otros perros puedan saber, como ellos, cuanto amor somos capaces de dar, conocer lo que es una familia, el calor de una cama caliente, el poder comer todos los días, que los curen cuando están enfermos, correr, viajar, jugar, …. en definitiva, tener un hogar como ellos lo han tenido».
Así que cuando un amigo se va, y su dueño me dice entre lagrimas, «nunca más volveré a tener perro» , …. yo se que se engaña,… yo se que su corazón necesitará volver a dar a otro perro el amor que estuvo dando durante tantos años, porque ese amor, tan puro, tan noble, tan incondicional, tan intenso, …. ese tipo de amor, solo un perro lo sacará de tí y lo tendrá para tí.
Dra. Isabel Mayoral Lorente
LICENCIADA VETERINARIA.
Master Oncología. GPCert-Oncology.
CLÍNICA VETERINARIA VORAMAR GOLF.