LA LEISHMANIOSIS EN EL GATO.
La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria, producida por un parásito llamado Leishmania infantum, y es trasmitida por un vector que es el mosquito de la especie flebótomo.
Estos mosquitos son muy poco selectivos, y por tanto se alimentan de la sangre de casi cualquier mamífero, incluso de aves. A la vez que chupa sangre para alimentarse es capaz de expulsar saliva contaminada de la Leishmania.
La Leishmaniosis como enfermedad es muy conocida en el perro, ya que es la especie que desarrolla la enfermedad en la mayor parte de los casos. Sin embargo actualmente se esta viendo un gran aumento de casos de Leishmaniosis felina.
En los gatos es raro que desarrolle una fase visceral, es decir que dañe órganos como el hígado, o los riñones. La fase más común es la cutánea. Cuando el gato desarrolla la enfermedad aparecen:
- Síntomas oculares: uveítis, conjuntivitis, y queratitis.
- Lesiones cutáneas: descamación, dermatitis, costras y heridas, y el llamado chancro cutáneo.
EL DIAGNOSTICO DE LA LEISHMANIOSIS EN EL GATO.
El diagnostico ha de hacerse con una conjunto de técnicas:
- Citologías o biopsias de las lesiones cutáneas para determinar la presencia de amastigotes de Leishmania.
- PCR (polymerase chain reaction) para comprobar que existe proteínas de Leishmania en sangre, y mejor aún en los propios tejidos.
El valor del IFI como técnica diagnóstica, es muy limitado, ya que solo determina el nivel de anticuerpos en sangre que tiene el animal frente a la Leishmania, y en muchas ocasiones no están elevados aun existiendo la infección.
Si aparecen chancros, lesiones cutáneas o oculares en gatos domésticos que viven en zonas endémicas ( como es la nuestra) siempre hay que incluir esta enfermedad en el protocolo diagnóstico.
EL TRATAMIENTO DE LA LEISHMANIOSIS FELINA.
El tratamiento para la Leishmaniosis del gato, no esta documentada ni hay tantos estudios como en el perro. Esto es así porque no son muchos los casos documentados hasta el momento.
Aun así, hay varios medicamentos que podemos utilizar, y el resultado es bastante favorable en la mayoría de los casos. Si tienes un caso y quieres consultarnos, no dudes en visitarnos.
Respecto a la PREVENCION tenéis que saber que la vacuna de Leishmaniosis no se puede poner en gatos, así pues toda la prevención tiene que ir orientada a «ahuyentar» al transmisor, es decir a los mosquitos.
La actuación frente a los mosquitos no es tarea fácil, porque los gatos son muy sensibles a los ectoparasitarios, y los repelentes que se usan con los perros (collares o pipetas) no se pueden usar con gatos.
Dra. Isabel Mayoral Lorente
LICENCIADA VETERINARIA.
Master Oncología. GPCert-Oncology.
CLÍNICA VETERINARIA VORAMAR GOLF.